CRISIS DE 1929
La prosperidad de EEUU después de la Primera Guerra Mundial
A) “La guerra de 1914
representó el ascenso de los Estados Unidos al rango de gran potencia y su
entrada en el concierto de los países rectores. En su papel de proveedor de
Europa fueron los grandes beneficiarios del comercio con los países de la
Entente.
Su industria se
situó en cabeza en cuanto a sus cifras de producción y sus capitales se
extendieron por América Latina, cubriendo la ausencia del dinero inglés,
francés o alemán, incapaz de salir de unas fronteras convertidas en frente de
combate. Sus exportaciones se hicieron presentes en Extremo Oriente, en Africa
e incluso en los dominios británicos. Su marina mercante experimentó una
espectacular crecida: de un millón de toneladas en 1913 pasó a siete millones
en 1922.
Su carrera para
convertirse en los banqueros del mundo fue propiciada por el inteligente
aprovechamiento de las favorables circunstancias aportadas por la guerra civil
europea. El centro del poder económico mundial pasó –en la década de 1920- de
la City de Londres al Wall Street neoyorquino.” (ABELLA, R. “Los años veinte
entre la guerra y la crisis.”, Historia 16, Nº8)
B) “Los Estados
Unidos viven en los años veinte un proceso eufórico: de productor de materias
primas ha pasado a exportar manufacturas, a gran país industrial. La Primera
Guerra Mundial ha requerido un importante esfuerzo de los sectores industrial y
agrícola, primero como almacén de los anglofranceses y luego como combatiente,
y la respuesta ha sido plenamente satisfactoria: los productos norteamericanos
se han acreditado en los mercados europeos [...]
La euforia,
además, descansa sobre la confianza. Confianza de sentirse un gran país y ver reflejados
en los periódicos los progresos de la ciencia y la tecnología norteamericana.
Kodak, primera firma mundial de películas en blanco y negro, empieza a
comercializar la película en color.
Y entonces,
Hollywood, primer centro mundial de producción cinematográfica, ayuda bastante.
El norteamericano medio se identifica con el héroe cabal, cumplidor y honesto,
con el protagonista autodidacta que comienza vendiendo periódicos y gracias a
su tenacidad y laboriosidad, termina convertido en rey del petróleo o del
chicle.
Pero el cine
consigue más. Los noticieros ponen ante el espectador a personajes míticos como
Henry Ford, John P. Morgan, Charles E. Mitchell o Percy Rockefeller. Un fluido
de confianza les convierte en viejos conocidos. La radio, que durante los años
veinte vende millones de receptores, colabora en este proceso.
En suma, durante
los años veinte, los Estados Unidos viven una etapa de desarrollismo acelerado,
están eufóricos y confían plenamente en su país, sus dirigentes, sus industrias
y banqueros. Creen, sobre todo, que merecen ser ricos y que esto puede
conseguirse como tantos otros lo lograron. Wall Street será el punto de cita
para todos estos intereses, esperanzas y estados de ánimo.” (SOLAR, D. “El
crac.”, Historia 16)
C) “No todos los
economistas quisieron conceder sin reserva que esta década constituyó un
período de prosperidad. La prosperidad, si es que la hubo, fue excesivamente
despareja, pues no abarcaba a todas las regiones ni a todos los grupos. Además,
la extracción de carbón, la fabricación de algodón, la construcción de barcos y
de calzado y cuero, y sobre todo la agricultura, se hallaban en estado
estacionario de decadencia. Los estados del Medio Atlántico, del Noreste
Central y del Pacífico parecían gozar de prosperidad, pero Nueva Inglaterra,
que sufría a causa de la depresión textil, el Sur, las zonas agrícolas del
Medio Oeste, y las regiones montañosas, perjudicadas por la baja de los precios
agrícolas, no participaron mayormente en el auge económico. Incluso en los años
más florecientes del período hubo gran cantidad de desocupados, debido en parte
a los perfeccionamientos técnicos. En Massachussets, por ejemplo, el número de
asalariados empleados en la manufactura bajó de la alta cifra de 757,100 en
enero de 1920 a 509.600 en junio de 1928. Estas no fueron las únicas notas
desagradables en el himno de autocongratulaciones. Algunos estudiosos señalaron
tempranamente que a pesar del aumento de las ganancias, de los salarios y de
las compras de bienes de consumo, prácticamente no se había realizado ningún
progreso en cuanto a resolver los problemas de la desocupación o de la
seguridad económica o de la vejez. Además, la manía del juego y la especulación
era una advertencia para los navegantes expertos en el mar de la economía. En
tanto que las almas confiadas hablaban volublemente de una “Nueva Era
Económica”, de la que las crisis y depresiones quedarían desterradas para
siempre, y observadores europeos venían a Norteamérica para estudiar las causas
de esta prosperidad, unos pocos realistas consideraban con recelo la frágil
estructura que se iba alzando y preveían aprensivamente su derrumbe.”
(FAULKNER, H.U. “Historia económica de los Estados Unidos.”, capítulo La
gran ilusión)
EJERCICIO:
1- Demuestra o
cuestiona la siguiente afirmación: “La
economía estadounidense se benefició con la participación en la Primera Guerra
Mundial”
La prosperidad de EEUU
en imágenes.
“Los grandes gastos que
`posibilitaron este auge fueron estimulados indudablemente por el desarrollo de
la propaganda a alta presión y por las compras a plazos. Cálculos
moderados fijan en un 60% el número de automóviles adquiridos a plazos en 1927,
pero los correspondientes a otros años son mucho más elevados. En lo referente
a las compras a plazos en 1925 fue de 4.897 millones de dólares. Estas cifras
habrían de aumentar en los años siguientes hasta constituir el 15% del total de
las mercaderías vendidas. Al final de la década no había prácticamente nada,
fuera del campo de los artículos de lujo o de primera necesidad, que no se
pudiera comprar a plazos. A pesar de que la mayor parte de la gente esta
hipotecando sus entrada con las compras a plazos y gastando una proporción
exagerada de sus salarios en la compra y mantenimiento de automóviles, , el
hecho es que durante el período 1914-25 el número de cuentas de ahorro casi se
cuadruplicó.”
EJERCICIO:
1) Busca más información sobre la sociedad de esta época.
2) Explica la denominación de años locos a los del 20 en EE. UU
El crack de la Bolsa de Nueva York
“El día siguiente, fue el jueves 24 de
octubre. En ese día trascendental las acciones abrieron a precios moderadamente
firmes, pero en enorme volumen. Las Kennecott apareció en la cinta registradora
en un bloque de 20.000 acciones; las General Motors, en otro de la misma cantidad. Casi en el acto, la cinta
registradora comenzó a retrasarse respecto de las transacciones que se
realizaban en la sala. La presión de las órdenes de venta era
desconcertantemente enérgica. Los precios descendían...; de pronto descendieron con alguna rapidez...
Antes de terminarse la primera hora de las transacciones, resultaba ya evidente
que estaban descendiendo con una violencia sin precedentes y en todo sentido
asombrosa. En las oficinas de los corredores de valores de todo el país, los
que observaban la cinta registradora se miraban unos a otros sorprendidos y
perplejos. ¿De dónde provenía ese torrente de órdenes de venta?
Probablemente no
se conozca jamás la respuesta exacta a esa pregunta. Pero parece posible que la
causa principal del derrumbe de los precios durante la primera hora del 24 de
octubre no fuese el temor. Y tampoco fue una venta con baja. Fue una venta
forzada. Fue el aflujo al mercado de centenares de miles de acciones retenidas
en nombre de pobres especuladores cuyos márgenes estaban agotados o a punto de
agotarse. El gigantesco edificio de los precios estaba taladrado por el crédito especulativo y ahora se derrumbaba bajo su
propio peso.
Pero el miedo no
demoró mucho su llegada. A medida que la estructura de los precios se
desmigajaba, se produjo una repentina carrera para eludir los escombros. A las
11 los especuladores de la Bolsa pugnaban agitadamente por “vender a los
precios del mercado”. Mucho antes de que la cinta registradora retrasada
pudiese decir lo que sucedía, se había difundido la noticia, por teléfono y
telégrafo, de que todo se venía al suelo, y las órdenes de venta redoblaron en
volumen. Las principales acciones descendían 2, 3, y hasta 5 puntos entre venta
y venta. Bajaban, bajaban, bajaban cada vez más...
[...] en las
oficinas de J. P. Morgan & Company en la esquina de enfrente [a la Bolsa de
Valores en Wall Street, se reunieron los banqueros más importantes y]
convinieron, en nombre de sus respectivas instituciones, en poner cuarenta
millones de dólares cada uno para apuntalar el mercado de valores. [...]
El remedio
desesperado funcionó. Se recuperó cierto aspecto de confianza. Los precios se
mantuvieron firmes durante un tiempo; y aunque muchos de ellos volvieron a
descender en la hora final, los resultados netos del día hubieran podido ser
peores. [...]
Sin embargo,
había sido un día espantoso. A las siete de la tarde, las registradoras de un
millar de oficinas de corredores seguían tartamudeando; sólo a las 19.8 horas
registraron la última venta realizada en la Bolsa a las quince horas. El
volumen de ventas había establecido un nuevo récord: 12.894.650 acciones. [...]
Rumores increíbles se habían difundido alocadamente durante las primeras horas
de la tarde: que once especuladores se habían suicidado, que las Bolsas de
Buffalo y Chicago estaban cerradas, que las tropas vigilaban la Bolsa de Nueva
York para protegerla de un populacho enfurecido. El país había conocido el
amargo sabor del pánico. Y aunque el grupo de banqueros había impedido por el
momento un derrumbe absoluto, era imposible refutar el hecho de que la
estructura económica se había resquebrajado de par en par.
[...] Pero lo
peor estaba aún por llegar. Y llegó al día siguiente, martes 29 de octubre.
[...] Enormes paquetes de acciones fueron lanzados al mercado por el precio que
se pudiese conseguir. [...]
En el término de
la media hora siguiente a la apertura, el volumen de transacciones superó los 3
millones de acciones, a las 12 había pasado los 8 millones, a las 13.30 había
ido más allá de los 12 millones, y cuando el gongo de cierre puso fin a la
locura del día, se había establecido el gigantesco récor de 16.410.030
acciones. [...] ese mediodía, cuando el pánico se encontraba su apogeo, la
comisión de dirección se reunió discretamente para decidir si debía o no cerrar
la Bolsa. [...] A las 13.40 [del miércoles 30 de octubre], el vicepresidente
Whitney anunció desde la tribuna que la Bolsa no se abriría hasta el mediodía
siguiente, y quedaría cerrada durante todo el viernes y sábado, [...]” (ALLEN, Frederick Lewis. “Apenas
ayer.”, Buenos Aires, Ed. Universitaria,
p.388-400)
EJERCICIO:
1) Plantea las hipótesis del Crack de
la Bolsa.
2) Explica la siguiente frase: era imposible refutar el hecho de que la estructura económica se
había resquebrajado de par en par.
3) ¿Por qué el autor emplea varias veces la
palabra “pánico”?
TEXTO 5 - Dos
visiones de la crisis
A) “Muy pronto
un negocio mucho más atractivo que el teatral atrajo mi atención y la del país.
Era un asuntillo llamado mercado de valores. Lo conocí por primera vez hacia
1926. Constituyó una sorpresa agradable descubrir que era un negociante muy
astuto. O por lo menos eso parecía, porque todo lo que compraba aumentaba de
valor. No tenía asesor financiero. ¿Quién lo necesitaba? Podía cerrar los ojos,
apoyar el dedo en cualquier punto del enorme tablero mural y la acción que
acababa de comprar empezaba inmediatamente a subir. Nunca obtuve beneficios.
Parecía absurdo vender una acción a 30 cuando se sabía que dentro del año
doblaría o triplicaría su valor.
Mi sueldo
semanal en Cocoteros era de unos dos mil, pero esto era calderilla en
comparación con la pasta que ganaba teóricamente en Wall Street [...] Algunos
de mis conocidos perdieron millones. Yo tuve más suerte. Lo único que perdí
fueron 240.000 dólares, o 120 semanas de trabajo a dos mil por semana.
[...] El día del
hundimiento final, mi amigo, antaño asesor financiero y astuto comerciante, Max
Gordon, me telefoneó desde Nueva York. En cinco palabras lanzó una afirmación
que con el tiempo, creo que ha de compararse favorablemente con cualquiera de
las citas más memorables de la historia americana: “Marx, la broma ha
terminado.” (testimonio de Groucho Marx)
B) “El día de la
quiebra cené con Irvin Berlin, que estaba pletórico de optimismo respecto a la
Bolsa. Dijo que una camarera que servía en el sitio donde él comía había ganado
cuarenta mil dólares en menos de un año, doblando sus inversiones. Él mismo
tenía un paquete de acciones de varios millones de dólares, que le producía más
de un millón de beneficios. Me preguntó si yo jugaba a la Bolsa. Le dije que no
podía creen en las acciones habiendo 14 millones de parados. Cuando le aconsejé
que vendiera sus acciones y se mantuviese al margen mientras obtuviera algún
beneficio, se indignó. Tuvimos casi una discusión.” (testimonio de Charles
Chaplin)
EJERCICIO:
1-
Explica el significado de las
frases: a- “Marx, la broma ha terminado”; b-“ no podía creen en las acciones
habiendo 14 millones de parados”.
2-
¿Por qué son dos visiones
diferentes?
El pensamiento de Keynes
A) "No es cierto
que los individuos posean el derecho imprescriptible a una libertad absoluta en
su actividad económica [...] que las fuerzas divinas [...] vigilen que el
interés particular coincida siempre con el interés general. Las fuerzas humanas
[...] no aseguran que estos intereses coincidan siempre en la práctica y no se
puede deducir racionalmente de ninguno de los principios de economía política
que el interés privado asegure el interés general." (KEYNES, “Ensayos de
persuasión.”)
B) “Para superar
la crisis, el tradicional recurso de la reducción de salarios es inoperante;
por el contrario es necesario provocar el aumento de la demanda estimulando a
los ahorradores a que renuncien a un atesoramiento estéril, incitarles a
invertir [...] incrementando el volumen de monedas en circulación y practicando
una política de créditos a largo plazo y sistemática reducción de los tipos de
interés, de inversiones públicas y grandes obras, lo que motivará una nueva
distribución de ingresos, la aparición de nuevas demandas y la vivificación de
la economía.
El
proteccionismo, en fin, elevará la renta nacional y el nivel del empleo,
incluso si lleva consigo la creación de empresas que produzcan a un costo
elevado. Esta teoría ha proporcionado la “coherente justificación de una
política intervencionista” y ha permitido “salvar el capitalismo y los
beneficios capitalistas evitando o dominando la amenaza de paro” (J. Marchal);
aunque se trate de una teoría representativa de una situación muy particular
(la de Gran Bretaña) ha sido considerada muy estimulante y “ha servido de punto de partida para casi
todo el movimiento de ideas que se ha producido desde entonces” (E. James).”
(Ideas de KEYNES, en CROUZET “Historia general de las civilizaciones.”)
C) "Nuestra
teoría muestra que es de una importancia vital atribuir a los organismos
centrales algunos poderes de dirección, confiados hoy en su mayoría a la
iniciativa privada [...] En lo concerniente a la propensión a consumir, el
estado ejercerá sobre ella una acción directa, por política fiscal [...] pero
el estado no tiene interés en cargar con la propiedad de los medios de
producción [...] Algunas medidas de socialización podrán ser aplicadas de forma
gradual, pero sin cambiar las tradiciones generales de la sociedad." (KEYNES,
“Teoría general de la ocupación, el interés y el dinero.” 1936)
Roosevelt y el New Deal
“Nuestra más
ardua tarea, la primera, es hacer que el pueblo vuelva al trabajo. No es un
problema insoluble si nos enfrentamos a él con prudencia y valentía.
Puede
realizarse, en parte, mediante la contratación directa por parte del gobierno,
actuando como en caso de guerra pero, al mismo tiempo, llevando a cabo los
trabajos más necesarios, a partir de estas personas contratadas, para estimular
y reorganizar la utilización de nuestros recursos naturales. Por una parte, hay
que reconocer con toda franqueza que nuestros centros industriales están superpoblados
y debemos, promoviendo una nueva distribución a escala nacional, esforzarnos
por conseguir que la tierra sea utilizada de forma más adecuada y por parte de
los más capacitados.
Se contribuirá a
dicha tarea realizando los esfuerzos precisos por elevar el precio de los
productos agrícolas y con ellos el poder adquisitivo, que absorberá la
producción de nuestras ciudades. [...]
Pediré al
Congreso el único instrumento disponible para hacer frente a la crisis, un
amplio poder ejecutivo para sostener una guerra contra la emergencia tan grande
como el poder que se me otorgaría si fuéramos invadidos de hecho por un enemigo
extranjero [...]” (ROOSEVELT,
Franklin Delano. Discurso inaugural a la presidencia en
marzo de 1933)
EJERCICIO:
1)
Fundamenta la siguiente
afirmación: “El New Deal es una política económica de fuerte inspiración
keynesiana”.
Sus consecuencias
“[...] el sentimiento de catástrofe y
desorientación causado por la Gran Depresión fue mayor entre los hombres de
negocios, los economistas y los políticos que entre las masas. El desempleo
generalizado y el hundimiento de los precios agrarios perjudicó gravemente a
estas masas, pero estaban seguras de que existía una solución política para
esas injusticias –ya fuera en la derecha o en la izquierda- que haría posible
que los pobres pudiesen ver satisfechas sus necesidades. Era, por el contrario,
la inexistencia de soluciones en el marco de la vieja economía liberal lo que
hacía tan dramática la situación de los responsables de las decisiones
económicas. [...] En un momento en que el comercio mundial
disminuyó el 60 por 100 en cuatro años (1929-1932), los estados comenzaron a
levantar barreras cada vez mayores para proteger sus mercados nacionales y sus
monedas frente a los ciclones económicos mundiales, aun sabedores de que eso
significaba desmantelar el sistema mundial de comercio multilateral en el que,
según creían, debía sustentarse la prosperidad del mundo. [...] En pocas palabras, la Gran Depresión desterró el liberalismo
económico durante medio siglo. En 1931-1932, Gran Bretaña, Canadá, todos los
países escandinavos y Estados Unidos abandonaron el patrón oro, que siempre
había sido considerado como el fundamento de un intercambio internacional
estable, y en 1936 se sumaron a la medida incluso los más fervientes
partidarios de ese sistema, los belgas y los holandeses, y finalmente los
franceses. Gran Bretaña abandonó en 1931 el libre comercio, [...] rápida
generalización del proteccionismo [...] la Gran Depresión obligó a los
gobiernos occidentales a dar prioridad a las consideraciones sociales sobre las
económicas en la formulación de sus políticas. El peligro que entrañaba no
hacerlo así –la radicalización de la izquierda y, como se demostró en Alemania
y en otros países, de la derecha- era excesivamente amenazador.
Así, los gobiernos no se limitaron a proteger a
la agricultura imponiendo aranceles frente a la competencia extranjera, aunque,
donde ya existían, los elevaron aún más. Durante la Depresión, subvencionaron
la actividad agraria garantizando los precios al productor, comprando los
excedentes o pagando a los agricultores para que no produjeran, como ocurrió en
Estados Unidos desde 1933.
[...] el único país que había rechazado
el capitalismo, la Unión Soviética, parecía ser inmune a sus consecuencias. [...] la
URSS estaba inmersa en un proceso de industrialización acelerada, con la
aplicación de los planes quinquenales. [...] Además, en la Unión Soviética no
existía desempleo. Esos logros impresionaron a los observadores extranjeros de
todas las ideologías, incluido el reducido pero influyente flujo de turistas
que visitó Moscú entre 1930 y 1935, más que la tosquedad e ineficacia de la
economía soviética y que la crueldad y la brutalidad de la colectivización y de
la represión generalizada efectuadas por Stalin. [...] ¿Cuál era el secreto del sistema
soviético? ¿Podía extraerse alguna enseñanza de su funcionamiento? A raíz de
los planes quinquenales de Rusia, los términos “plan” y “planificación” estaban
en boca de todos los políticos. [...]
El espectacular retroceso de la izquierda
revolucionaria contribuyó al fortalecimiento de la derecha radical, al menos
durante los años más duros de la Depresión. Lejos de iniciar un nuevo proceso
revolucionario, como creía la Internacional Comunista, la Depresión redujo al
movimiento comunista internacional fuera de la URSS a una situación de
debilidad sin precedentes. Es cierto que en ello influyó la política suicida de
la Comintern, que no sólo subestimó el peligro que entrañaba el nacionalsocialismo
en Alemania, sino que adoptó una política de aislamiento sectario que resulta
increíble a nuestros ojos, al decidir que su principal enemigo era el
movimiento obrero de masas organizado de los partidos socialdemócratas y
laboristas (a los que califican de social-fascistas). [...]
El retroceso de la izquierda no se limitó al
declive de los comunistas, pues con la victoria de Hitler desapareció
prácticamente de la escena el Partido Socialdemócrata alemán y un año más tarde
la socialdemocracia austríaca conoció el mismo destino después de una breve
resistencia armada. [...] La mayor parte del socialismo europeo se
encontraba entre la espada y la pared.
Sin embargo, la situación era diferente fuera
de Europa. En la zona septentrional del continente americano se registró un
marcado giro hacia la izquierda, [...] señaló en la mayor parte del mundo
colonial el inicio del descontento político y social de la población autóctona,
descontento que necesariamente debía dirigirse contra el gobierno (colonial),
incluso donde no surgieron movimientos políticos nacionalistas hasta después de
la segunda guerra mundial. [...]
Fue una catástrofe que acabó con cualquier
esperanza de restablecer la economía y la sociedad del siglo XIX. Los
acontecimientos del período 1929-1933 hicieron imposible, e impensable, un
retorno a la situación de 1913. El viejo liberalismo estaba muerto o parecía
condenado a desaparecer. Tres opciones competían por la hegemonía
político-intelectual. La primera era el comunismo marxista. Después de todo,
las predicciones de Marx parecían estar cumpliéndose [...] y además la URSS parecería inmune a
la catástrofe. La segunda opción era un capitalismo que había abandonado la fe
en los principios del mercado libre, y que había sido reformado por una especie
de maridaje informal con la socialdemocracia moderada de los movimientos
obreros no comunistas. [...] La
tercera opción era el fascismo, que la Depresión convirtió en un movimiento
mundial o, más exactamente, en un peligro mundial. “ (HOBSBAWM, Eric. “Historia
del S.XX.”, p.101-114)
EJERCICIO:
1)
¿Por qué Hobsbawm afirma que “el viejo liberalismo
estaba muerto”?
2)
Nombra las nuevas opciones que se abrían camino.
3)
Explica el rol del Estado en cada una de las nuevas
opciones.
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